sábado, 15 de agosto de 2009

LA OFRENDA Y EL PERDÓN

En cierta ocasión una persona relataba que era fiel en dar sus diezmos y ofrendas en la iglesia que asistía; pero que a la verdad no veia ninguna bendición y estaba muy mal económicamente, no entendía a que se debía esa situación, si en la Biblia dice que sería bendecida al dar.
He escuchado esto de muchas personas y en los primeros momentos de mi vida pastoral también medité el porqué.
Hay varios factores que pueden influenciar a que esto suceda; empecemos mirando al evangelio de Mateo capítulo 5 versos 23 y 24; he aquí una maravillosa declaración de Jesús donde nos enseña que el dar, va más alla del dar.
Esta porción de la Palabra nos confronta con el perdón (algo que ya traté en un artículo anterior en este blog) y que está muy ligado con el dar ofrendas a Dios.

Mat 5:23 Si vas, pues, a presentar una ofrenda ante el altar y allí te acuerdas que tu hermano tiene algo contra ti,
Mat 5:24 deja allí tu ofrenda ante el altar, ve primero a reconciliarte con tu hermano y luego vuelve a presentar tu ofrenda.
Qué tremendo es guardar amarguras en nuestro corazón, pero mire usted que lo que dice el Señor va más alla: " y allí te acuerdas que tu hermano tiene algo contra ti," no es que yo tenga algo contra el, que esto también tiene sus consecuencias, nooo, nos lleva a considerar porqué mi hermano, mi prójimo, tiene algo contra mi. Alguna vez hemos pensado que muchas personas han desarrollado hacia nosotros algún sentimiento adverso, o nos llevan a la mala como se dice algunas veces, por que sencillamente nosotros con algún comportamiento indebido hemos propiciado que esto suceda?, quizá una palabra dicha inoportunamente, una mirada, o sencillamente un gesto, pueden desencadenar que esto suceda, y Jesucristo conocedor de estas situaciones nos exhorta a arreglar esto para que nuestra ofrenda sea agradable delante de Dios.
Cuántas bendiciones hemos perdido por ignorancia, por no profundizar sobre lo que nos enseña el manual de vida que Dios nos ha entregado, por tomarlo a la ligera, y aun por inventarnos doctrinas que nada tienen que ver con lo que la Palabra nos llama a vivir, y peor aun por no ser diligentes como nos exhorta San Pablo de confirmar si lo que se nos predica en la iglesia es cierto; tragamos entero y dependemos confiadamente de un pastor o ministro, incluso de los que no lo son, en lugar de depender de aquel que vino a darnos luz y entendimiento y sabiduría de la maravillosa Palabra de Dios, el Espíritu Santo.
Muchas veces tiramos nuestras ofrendas a la basura por que las damos faltos de entendimiento o a manera de chantaje con Dios, sí, asi como lo lee, le decimos a El, si me ayudas en esto o aquello, si me das esto, yo doy el diezmo, o dono a la iglesia tanto, y esa no es la manera correcta, recordemos que el dar es una bendición y debe hacerse de corazón y no por necesidad pues Dios suple nuestras necesidades de acuerdo a sus riquezas en gloria, y si somos sus hijos El tiene cudado de nosotros, pues no es un Padre irresponsable ni desalmado.
La próxima vez que lleves tu ofrenda ante el altar de Dios, revisa primero donde has fallado, arregla las cosas con tu hermano y también con Dios, y entonces procede a disfrutar de la aventura del dar.
Quiero advertirle algo. No se desanime si Dios no le provee una recompensa financiera
inmediata . Las posibilidades y formas de las bendiciones de Dios son infinitas. El puede tener un plan diferente para usted. Dios conoce sus verdaderas necesidades y usted debe darle libertad para hacer Su mejor obra en su vida. El puede mejorar su salud y fortalecer su cuerpo. El puede ayudarlo a realizar mejor su trabajo, puede ayudarlo a reducir sus gastos, o a cambiar sus hábitos respecto al dinero, de modo que pueda vivir mejor con sus ingresos actuales. O El puede enseñarle a experimentar contentamiento con lo que tiene, para que usted pueda gozar de un mayor sentimiento de plenitud en su vida. Pablo afirma esto:
Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia, en todo y por todo estoy
enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener
abundancia como para padecer necesidad.
Muchos cristianos confunden el significado de la bendición.
Al igual que Pablo, Job era un hombre experimentado en la prosperidad y en las privaciones. La verdadera prosperidad es vivir y dar según el nivel al cual Dios le ha llamado, con todas las
necesidades suplidas por Su provisión.
Y recuerda, nunca tragues entero, la Palabra es para oir, leer, estudiar, memorizar y meditar; y el Espíritu Santo es quien te lleva a toda verdad, pues su único interés es glorificar al Padre.

Hch 17:11 Eran éstos más nobles que los de Tesalónica, y recibieron con toda avidez la palabra, consultando diariamente las Escrituras para ver si era así.

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