Mat 5:3 "Dichosos los que tienen espíritu
de pobres, porque de ellos es el reino de los cielos. "
de pobres, porque de ellos es el reino de los cielos. "
Esta versión de la Biblia Dios habla hoy, es la más acertada a lo que el maestro quizo transmitir a la multitud en el Sermón de la montaña, también llamado Las Bienaventuranzas; se refiere a aquellos que han aprendido a no poner sus ojos en las cosas materiales, propiedades, dinero, títulos y un sin número de cosas y hacer de estas cosas sus dioses, llegando incluso por este amor errado a olvidarse del verdadero Creador y Dios de todas las cosas.
Se nos ha enseñado desde el hogar y luego en las instituciones educativas, que debemos aprender para estar capacitados para ganar dinero, para obtener un status, ser personas con gran conocimiento y tener poder para manejar nuestro entorno, sin importar a quienes podamos dañar con tal de lograr el tan anhelado "éxito".
Por esta desenfrenada carrera los seres humanos hemos olvidado de nuestro diseño básico; estamos convencidos que somos solo cuerpo y alma, y la dimensión espiritual se ha olvidado; por lo tanto no nos preocupamos por cultivarla; no me opongo a que deseemos tener comodidades y a vivir bien, pero en lo que si estamos mal es en que estos deseos nos llevan a poner los ojos en prioridades que son pasajeras y que se pueden perder en un abrir y cerrar de ojos. En este mismo sermón Jesucristo nos da las pautas para que seamos Felices, o bienaventurados y si miramos con cuidado vemos que es más importante buscar el Reino de los cielos, y al hacerlo las demás cosas que necesitamos llegarán por añadidura.
Ante el auge y despliegue del fin del mundo, el apocalipsis y las diferentes crisis que estamos viviendo, creo que sería inteligente volver nuestros ojos a las enseñanzas que nuestro Diseñador nos ha dado en el manual de la vida; esta vida terminará y todo lo que atesoramos acá pasará, pero los verdaderos tesoros debemos estar haciéndolos en el cielo.
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