Algunas personas piensan que si van a la iglesia los domingos, ¡ya está!, conocen a Dios; si hacen una obra de caridad, rezan; es más, leen la Biblia, o participan activamente en algún ministerio, son autoridades en la materia. Pero quién es Dios?
Hay un cuento al respecto. Una vez, cuatro personas ciegas que caminaban por una carretera oyeron que se acercaba un elefante. En India se suele poner una campanilla a los elefantes para que la gente sepa que se acercan. Al cabo de un rato, oyeron decir al hombre que lo conducía: “¡Apártense! ¡Viene un elefante!”. Las cuatro personas se detuvieron y dijeron: “Por favor, somos ciegos y nunca hemos visto un elefante. ¿Le importaría si lo tocamos?”.
Y el hombre que lo guiaba dijo: “No hay problema. Pueden tocarlo”.
Así que detuvo al elefante y uno de los ciegos le palpó la pata. Otro fue a la parte de atrás y le tocó la cola. Otro le tocó la trompa. Y el cuarto, la oreja. Naturalmente, el conductor sentía
curiosidad por conocer sus impresiones, porque cada uno había palpado sólo una parte del cuerpo: la pata, la cola, la trompa y la oreja. Así que les dijo: “Por favor, ¿os importaría decirme qué es un elefante, en vuestra opinión?”. El que palpó la oreja dijo: “¡Muy fácil! Es como una hoja de plátano”. El que había tocado la pata, protestó: “¡No, no! Se parece a un tronco de árbol”. El hombre que había tocado la trompa les rebatió: “¡Qué va! Es como una liana gruesa”. Y el último dijo: “Es sólo una cola, con una mata de pelo en su extremo, como las de las vacas”.
Este es solo un cuento. Pero en relación con lo que la gente sabe de Dios, ocurre lo mismo, cada uno lo interpreta según su punto de vista, según las experiencias de la vida, buenas o malas. Hay quienes se resisten a creer en las historias que narran las escrituras, pues no tienen lógica; otros a los que muchos escépticos llamarían débiles de carácter, creen todo lo que les dicen; otros tantos se consumen investigando como poder refutar esta creencia y otros están sinceramente equivocados con respecto a Dios.
Al igual que el cuento, todos somos ciegos y cada uno tenemos un concepto de acuerdo a lo que sentimos, pero si permitimos que sea el mismo Dios que nos diga quién es, arreglaríamos la situación y viviríamos mejor. No olvidemos que tenemos una parte nuestra que ha estado descuidada, olvidada, reprimida diría yo, pues teniéndola activa tendríamos que dejar de hacer muchas cosas que nos han dicho son malas. Si, es el área espiritual, la misma que nos inspira para ir a la iglesia, para bautizar nuestros hijos, ir a la misa de un funeral, ir a un culto, en fin si recuerdas es la que te ha llevado a hacer muchas de las cosas que abiertamente niegas y que están relacionadas con Dios. Siiiii! Así como lo oyes, entonces porqué no olvidar los conceptos ciegos que tenemos y dejamos que el mismo Dios active nuestro espíritu y ese sello que colocó en nosotros desde que nos formó en el vientre de nuestra madre se active y toda la información nos permita vivir mejor, que esa paz que buscamos fuera, comprendamos que está dentro de nosotros esperando ser disfrutada.
No pretendo decirte quién es Dios eso lo debes averiguar personalmente, pues El no es de la montonera, es solo tuyo, encuéntrate con Dios y vive mejor.
“Porque las cosas invisibles de El, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.” Romanos Cap.1 verso 20.
domingo, 21 de junio de 2009
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