Para nadie es indiferente la situación que estamos viviendo; la crisis económica, familiar, social y en todos los campos, aun a nivel del planeta tenemos las tragedias, el descongelamiento de los casquetes polares; para los que leemos la Biblia esto no es desconocido, pero hasta qué punto lo hemos tomado en serio?, hemos pensado que esas cosas no nos tocarán, que por el hecho de asistir a una iglesia, por ser cristianos no vamos a vivir estas situaciones, pero aun en las iglesias se está viviendo una crisis; y sumadas a las ya mencionadas, hay una peor, la más tremenda: la crisis espiritual; durante años el Señor ha estado llamando a buscarle de todo corazón, a seguir sus diseños, a oír y poner por obra, a hacer las cosas como El quiere que las hagamos, pero hemos sido más "sabios" que Dios y hemos hecho lo que creemos pues nuestras estrategias son mejores y el evangelio hay que renovarlo y adaptarlo a la modernidad; estamos buscando los falsos profetas que se nos pueden colar en las iglesias, pero que ilusos, ellos ya están dentro; y en muchas ya no está la presencia de Dios, así se tengan multitudes.
Dios nos sigue llamando a convertirnos de todo corazón a El, a arrepentirnos de todas las estupideces que hemos cometido hasta el momento, de creernos más que El, a ir delante de su presencia con un corazón puro y con manos limpias, para que su presencia vaya delante de nosotros; pedimos como Felipe: "muéstranos al Padre" y el Señor nos responde igual: "tanto tiempo conmigo y aun no me conoces?" Estamos enseñando, predicando, de alguien que no conocemos, solo sabemos de El de oídas.
Los tiempos no están para seguir predicando de falsas prosperidades, mensajes falsos y livianos por temor a que nuestros fieles se vayan, no es tiempo de andar haciendo bonos y oraciones que presionan a nuestra gente en las iglesias para que asuman cargas que ni siquiera nosotros podemos llevar, con el pretexto de que es para llevarles a un congreso con el fin de que se salven; porqué no evangelizamos mejor y cimentamos a los que están en las iglesias y los preparamos para asumir su responsabilidad con Dios. Los tiempos son duros y se pondrán peores, pues la iglesia necesita ser preparada para estar santa y sin mancha ni arruga, para poderse desposar con el Señor Jesucristo, de modo que será zarandeada y seleccionada, empezando por los pastores; no cerremos nuestros oídos, al llamado del Señor, busquemos de El mientras pueda ser hallado. Dios está formando un pueblo de verdaderos adoradores, no te quedes por fuera.
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